Los números de 2011

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un reporte para el año 2011 de este blog.

Aqui es un extracto

Un teleférico de San Francisco puede contener 60 personas. Este blog fue visto por 3.400 veces en 2011. Si el blog fue un teleférico, se necesitarían alrededor de 57 viajes para llevar tantas personas.

Haz click para ver el reporte completo.

¿Qué hora es?


Justicia, prensa y lengua (y política)

 

 

    Un triángulo sin duda peligroso. Un triángulo de amor bizarro.

No hay más que leerlo aquí

Y una recomendación musical:

http://www.youtube.com/watch?v=k45WRjCxiD4

La literatura etc

La literatura y sus caminos son auténticos, traicioneros y geniales. Hay a quien no leemos ni después de una vida dedicada a la escritura, y una muerte por supuesto muy literaria. Otros son leídos (y además tienen éxito) sin comerlo ni beberlo. Este artículo da buena cuenta de la historia del misterio de la mujer del millón de libros.

PD. Recordemos que hablamos de lectores, no de fama ni de éxito ni de dinero o calidad, pero hay veces en las que una cosa lleva a las otras.

¡No al nexo de unión!

Entre el uso de los anglosajones ‘links’, los nexos de las oraciones en español y los simples enlaces, se cuelan los incorrectos ‘nexos de unión’. Para saber algo más de todo ello, y sobre todo de su uso, esta interesante nota de prensa de Fundéu BBVA.

 

Para saber más sobre el incorrecto y redundante ‘nexo de unión’

Los extra-terrestres y los números primos

Desde que en 1996 flipamos con Independence Day, la humanidad siempre ha tenido el sueño de destruir civilizaciones alienígenas. Pero hubo un tiempo en el que todavía teníamos cierto respeto por el resto de habitantes del cosmos, un tiempo de ilusión en el que un grupo de hippies doctorados en astrofísica todavía se atrevía a preguntarse: ¿y si alguna vez las estrellas nos envían un mensaje de paz, en vez de un aluvión de rayos láser que haga estallar nuestros edificios institucionales y monumentos significativos?

La chispa de la detección astronómica de seres de otros mundos la encendieron concretamente dos científicos estadounidenses, Carl Sagan y Frank Drake, en 1960. Quizás nunca consiguieron convencer a todo el mundo de que aquello no era un efecto secundario de una cuantiosa dosis lisérgica, pero eso no les impidió empezar a recibir fondos públicos y ponerse a trabajar en lo que luego sería llamado el proyecto SETI: los radiotelescopios, instrumentos que hasta ahora habían hecho una excelente labor cartográfica del cosmos, empezaron también a escuchar a las estrellas en búsqueda de cualquier susurro que tuviese alguna probabilidad de ser achacado a causas biológicas. No tenía por qué estar dirigido a nosotros (de hecho, eso es lo menos probable), sino simplemente ser el producto de las comunicaciones que ellos tengan consigo mismos. A fin de cuentas, nosotros llevamos unos 200 años emitiendo señales de radio de forma ininterrumpida al resto del espacio, ¿por qué otra civilización inteligente no iba a descubrir esta tecnología en algún momento para utilizarla en su provecho? La ciencia que había detrás de esta posibilidad, si bien algunos dijeron que pecaba de ser demasiado optimista, estaba fundamentada y merecía ser puesta a prueba. Además, las implicaciones filosóficas y científicas de un posible éxito serían arrolladoras, nada menos que el descubrimiento más asombroso de todos los tiempos: no estamos solos en el universo. ¿Lo consiguieron?

Medio siglo después, podemos decir que… no. Si bien ha habido algún momento donde se ha creído detectar algo, nada es conclusivo, y todavía estamos como al principio. O quizás peor: el abrupto final de la nueva matriz de radiotelescopios del SETI, el Allen Telescope Array, inhabilitado por falta de financiación desde abril de 2011, ha sido un duro golpe para el proyecto, y de momento no hay visos de que vaya a recuperarse ni siquiera a largo plazo. Vivimos tiempos oscuros para la astrobiología.

Pero… ¿tan descabellado es pensar que si en 50 años no hemos encontrado nada es porque, efectivamente, no hay nada que encontrar? Es verdad que no apetece posicionarse del lado de los aguafiestas, pero en este caso tenemos más que cierta nostalgia por películas ñoñas de Steven Spielberg para poder justificar la búsqueda científica de extraterrestres: simplemente, el universo es inmenso, y todavía no hemos buscado lo suficiente, ni en todas las longitudes de onda disponibles. Es como si nos pusieran a buscar una aguja en un enorme pajar y al coger la primera brizna dijésemos: ¡no hay aguja!

No, no se nos ha olvidado que esto es un blog de lingüística. De hecho, ahora mismo íbamos a preguntarnos lo siguiente: si alguna vez nos envían una de estas señales, ¿qué aspecto podría tener? Los que vieron la película Contact, basada en el libro de Carl Sagan, saben que una buena manera de despejar dudas sobre si el mensaje es producto de un ser inteligente es empezar con una cadena de números primos (2, 3, 5, 7, 11…). No hay nada en el universo que de forma natural produzca señales en forma de números primos, así que tendríamos que concluir que estamos tratando con otra cosa, otra cosa que nos está diciendo «hola» desde los confines del espacio.

A partir de ahí, ¿qué posibilidades de entender algo tendríamos? Primero, hay que pensar que si somos prácticamente incapaces de comunicarnos con seres de nuestro propio planeta como los chimpancés, que tanto tienen en común con nosotros, es muy difícil que seres que no tengan ADN como tal y que hayan surgido en entornos completamente distintos al nuestro puedan decirnos algo comprensible. Wittgenstein decía que si un león adquiriera de repente la facultad del lenguaje, seguiríamos sin ser capaces de entendernos con él. Si por casualidad pilláramos una de las transmisiones internas, no dirigida a ninguna civilización exterior, probablemente seríamos incapaces de enterarnos de nada más allá de que se trata de algo muy raro.

La única solución que se nos ocurre, y que sin duda puede ser algo decepcionante tanto para los lingüistas como para los fans de Star Trek, es que las matemáticas son la clave. El único tipo de información que podría transmitirse con una pequeña posibilidad de ser entendido por cualquier cultura alienígena es la matemática. Piénsalo: las matemáticas, que nosotros sepamos, no cambian de un lado al otro del universo, no dependen de la cultura y se mantienen estables a lo largo del tiempo en su nivel más básico. ¿Qué es más universal que las matemáticas?

En un próximo post le daremos la vuelta a la tortilla y daremos un repaso al fenómeno contrario: intentos humanos de mandar mensajes a las estrellas. ¡Os esperamos!

Otra vuelta a la traducción o influencias rockeras

 

Como podemos leer aquí, ha muerto el traductor Miguel Martínez-Lage. En el año 2008 recibió el Premio Nacional de Traducción por la obra ‘Vida de Samuel Johnson’ , de James Boswel. A pesar de haber estudiado Filología Hispánica, conocemos el trabajo de Martínez-Lage por sus traducciones del inglés. Hemos leído las obras de autores como J. M. Coetzee, Don DeLillo, Martin Amis o Nick Hornby gracias a su labor. ¿Esto a qué se debe?

-Al rock and roll

En alguna ocasión escuché esto en boca de Martínez-Lage.

La música, Beckett y Faulkner; las tres debilidades del traductor.

Como epílogo estos versos de Kevin Ayers (en la foto) en la doble traducción que realizó Martínez-Lage.

«And the answers that you need / are in a language you can’t read».  

«Las respuestas que uno quiere / van en lenguas que no lee».

 «Y las abstrusas respuestas que arañas / están escritas en lenguas extrañas».

Planisferio de la literatura

Internet nos ofrece propuestas tan interesantes como esta.

No hay más que introducir en el motor de búsqueda el nombre de un autor.

A continuación nos muestra el universo de escritores que rodea al que hemos elegido. La página está en inglés y, si pinchamos sobre el nombre de los escritores, incluye datos interesantes sobre su vida y obra. Para fallos ya he descubierto la ausencia de Valle-Inclán.

A ver quién es el primero en descubrir más fallos.

Más sobre la influencia de internet en la lengua escrita

Aquí dejo otro artículo sobre cómo inciden las nuevas tecnologías en la ortografía.

Sólo hay que pinchar aquí.

Recomendación bibliográfica

Para redactar mejor, para conocer curiosidades, para conocer bibliografía sobre el tema del texto o por simple entretenimiento, este clásico

CURSO DE REDACCIÓN. DEL PENSAMIENTO A LA PALABRA
G. MARTIN VIVALDI.  495 páginas. N° de ref. de la librería 004171.

Hay quien dice que es un clásico.

Para consultarlo de vez en cuando no está mal; se puede comprar por internet a precio asequible.